2020: Las nuevas realidades del mercado inmobiliario español
El sector inmobiliario es una de las principales fuentes de ingresos en España, el volumen de transacciones en este mercado representa el 14% del PIB y, según las cifras oficiales del Instituto de Empleo, 155.000 personas están empleadas directamente en el sector inmobiliario, sin contar las actividades indirectamente relacionadas de las empresas de reparación, mudanzas, tiendas de muebles, etc. No es de extrañar que la atención de muchos se fije en la evolución de este mercado, especialmente en una situación en la que se ha producido una grave caída del turismo.
Por un lado, hay un mayor interés en el mercado inmobiliario y esto se debe principalmente a que la gente, después de una cuarentena tan larga, está mirando sus casas con nuevos ojos: muchos han comprendido lo que realmente tienen y lo que realmente les gustaría tener. El tamaño de las viviendas, la disponibilidad de terrazas y balcones, los jardines, las zonas comunes y la elección de ciudades más pequeñas y zonas costeras han cobrado especial importancia. El sector inmobiliario también ha reforzado su posición en el mercado de inversión cuando las enormes pérdidas han afectado a sectores que antes parecían insumisos.
Por otro lado, la incertidumbre general sobre la propagación del virus, la situación económica, la caída de los ingresos de los hogares, la crisis del mercado turístico y las restricciones a la circulación dentro de los territorios nacionales y entre ellos han repercutido negativamente en el mercado inmobiliario y los expertos estiman que cabe esperar que los precios caigan entre un 10% y un 50% en un futuro próximo, dependiendo de la zona y de las propias propiedades.
Muchos profesionales hablan de la necesidad de una serie de medidas para revitalizar el mercado inmobiliario e impulsar los precios, como la reducción de los impuestos a la compra, la introducción de incentivos a la compra y al alquiler, la facilitación de la obtención de créditos, etc.
En cuanto a la Costa del Sol, por un lado, hay una demanda activa en el mercado para la compra de casas particulares con jardín para remodelar o cajas blancas con vistas al mar, y por otro lado, muchos potenciales compradores han adoptado una actitud de espera con la esperanza de conseguir una buena oferta en los próximos meses, cuando la caída de los precios podría alcanzar un punto álgido y los vendedores se vuelvan más complacientes. Ello no ha impedido un aluvión de actividad por parte de inversores de todas las categorías que han apostado por la costa como uno de los lugares donde la demanda inmobiliaria